ECM. Entrevista Dr. José Morales
- Mariola Anna Alsina
- 17 ago
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Actualizado: 30 ago
"Me ví a mí mismo desde fuera de mi cuerpo, desde un punto más alto. Sin embargo me sentía perfectamente, y tenía todas mis sentidos y percepción perfectos." Testimonio de una ECM.
Aceptar, comprender y estudiar las llamadas Experiencias Cercanas a la Muerte, conocidas como ECM, ( N.D.E en inglés ) es un paso importante en el progreso de la Humanidad : Universidades y profesionales cualificados y brillantes de todo el mundo, médicos e investigadores, están dando un gran paso adelante en el estudio y exposición de los miles de casos en todo el mundo.
Dr José Morales, médico especialista en medicina familiar y comunitaria durante muchos años en Tarragona, España, vivió una ECM, y esta experiencia lo situó en un nuevo nivel de consciencia. Lo relata en su libro, "Lo que la Muerte me Enseñó".

Dr. José Morales.
Dr. Morales, comparte en su libro como una parada cardiaca le llevó a sentirse fuera de su cuerpo y experimentar vida y experiencias completamente lúcidas, de forma totalmente extra corpórea.
En esta entrevista en exclusiva para V.M.M, ahondamos en lo que significa vivir esta experiencia, no solo para sí mismo, sino también como aportación a los diversos estudios que se realizan actualmente sobre un nuevo paradigma de la ciencia post moderna
1. En los últimos años, se ha popularizado mucho el fenómeno llamado ECM. Usted mismo paso por una. ¿Cómo explicaría a nuestros lectores lo que es una ECM, y como puede afirmar que es su misma experiencia?
En los últimos años, el fenómeno de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) ha ganado notable visibilidad, pero en realidad se trata de vivencias que se han documentado a lo largo de la historia y en diversas culturas del mundo. Una ECM se produce generalmente en situaciones extremas, como paros cardíacos, accidentes graves o estados de coma profundo, cuando la persona está clínicamente muy cerca de la muerte o incluso se la ha considerado momentáneamente muerta. Sin embargo, en lugar de quedar en un estado de inconsciencia, muchas personas relatan haber vivido experiencias profundamente significativas y transformadoras.
Lo más sorprendente es que estas experiencias siguen un patrón común, independientemente del país de origen, la cultura o la época en que se hayan producido. Desde los relatos de Platón en la antigua Grecia hasta los testimonios recogidos en la actualidad en hospitales de todo el mundo, encontramos elementos recurrentes: la sensación de salir del cuerpo, atravesar un túnel, encontrarse con seres queridos fallecidos, sentir una paz inmensa, tener una revisión de la propia vida, o experimentar una conexión con una realidad superior amorosa y luminosa. En cuanto a cómo sé que mi experiencia fue real, solo puedo explicarlo con una analogía muy sencilla: si ahora te pregunto cómo sabes que estás leyendo estas líneas, seguramente me dirás que lo estás experimentando, que lo sabes desde dentro, con total certeza. No puedes demostrarlo a otro con datos objetivos, pero tú no tienes ninguna duda. Así es también una ECM. Es una vivencia tan intensa, tan nítida, tan profundamente reveladora, que no se olvida jamás. Yo la viví. Y desde entonces, todo en mi vida cambió.
2. La cantidad y calidad de testimonios que han pasado por una ECM. es abrumadora, sin embargo sigue siendo ignorada y no investigada por una gran parte de la llamada " ciencia oficial"¿ cree que este bloque se está quedando obsoleto al no permitir avanzar en la exploración de nuevos paradigmas como son la ECM? ¿Por que la ciencia oficial ha declarado algunos temas tabú, como este?
Es cierto que la cantidad y calidad de testimonios de personas que han vivido una ECM es muy numerosa. Miles de relatos, recopilados en diferentes culturas, épocas y contextos médicos, coinciden en aspectos fundamentales de la experiencia, lo cual debería al menos despertar la curiosidad de cualquier mente científica. Y sin embargo todavía hoy, gran parte de la llamada "ciencia oficial" continúa ignorando este fenómeno o lo relega a lo anecdótico. ¿Por qué ocurre esto? Desde mi punto de vista, no se trata tanto de un acto de censura intencionada o de que ciertos temas se declaren "tabú", sino de una limitación inherente al propio método científico tal y como lo conocemos: un método basado en la observación objetiva, la repetición y la medición de variables cuantificables. Este enfoque ha sido extraordinariamente útil para avanzar en el conocimiento del mundo físico, pero resulta claramente insuficiente cuando nos adentramos en el terreno de la conciencia, la espiritualidad o la experiencia subjetiva profunda.
Las ECM no se pueden reproducir en laboratorio, ni medir con instrumentos, ni encerrar en hipótesis verificables según los cánones clásicos. Para comprenderlas, necesitamos recurrir a enfoques más amplios, como los de la psicología transpersonal, que no son mejores ni peores que los métodos científicos cartesianos, sino simplemente distintos y no superponibles. Cada uno tiene su campo de validez, y ambos pueden enriquecerse mutuamente si se les permite convivir. Además, en mi experiencia, la verdad de una ECM no se demuestra hacia fuera, como si uno debiera convencer a otros, sino que se vive hacia dentro. No hay pruebas objetivas de que “estuve allí” —como tampoco las hay de lo que uno sueña o siente con intensidad— pero eso no le resta autenticidad. La respuesta para cada persona no viene del pensamiento lógico ni de los razonamientos externos, sino del silencio y la introspección. No hay una verdad única que valga para todos, sino una resonancia interior que le sirve a cada uno. Y para que esa verdad emerja, es necesario callar el ego. El silencio espiritual no es simplemente la ausencia de ruido, sino la suspensión de ese ego que constantemente quiere tener razón, imponerse o explicar todo. Solo cuando ese ego se retira, la conciencia profunda puede hablar.
3. Existen numerosos y valiosos libros de estudio y demostración de la autenticidad de las ECM, como el de Dr Raymond Moody o Dr Sans Sagarra. Usted, ha contribuido a dar a conocer este nuevo conocimiento en un libro- ¿Cuál es el mensaje central de su libro "lo que la Muerte me Enseñó"?
Efectivamente, existen libros fundamentales que han abierto el camino en la comprensión de las Experiencias Cercanas a la Muerte. Autores como el Dr. Raymond Moody, pionero en su estudio, o el Dr. Manuel Sans Segarra, que ha aportado una interpretación a la luz de la física cuántica de esos fenómenos espirituales dando una nueva comprensión, han contribuido a que el fenómeno de las ECM empiece a ser tomado en serio por muchos sectores. Mi aportación con el libro Lo que la muerte me enseñó parte precisamente de esa base, pero con una intención muy concreta: no me interesa tanto lo extraordinario del relato en sí —aunque fue una vivencia inolvidable—, sino lo que ocurre después, en la vida cotidiana. Lo verdaderamente importante de una ECM no es lo que se ve o se experimenta allí, sino su poder profundamente transformador aquí, en esta vida. A partir de mi experiencia y del estudio de muchos testimonios, he sintetizado ese poder transformador en lo que llamo los Cuatro Poderes Sanadores de las ECM, que son accesibles también a quienes no han tenido una experiencia cercana a la muerte. Estos cuatro poderes o capacidades son: 1. El Poder de la Conexión: sentirnos parte de una Unidad mayor, en profunda relación con la naturaleza, los demás y lo sagrado. 2. El Poder del Amor: reconocer que el amor incondicional es el verdadero motor de la vida, y que nadie muere solo. 3. El Poder del Perdón y la Revisión de Vida: mirar con compasión nuestra historia, comprender el impacto de nuestras acciones y liberarnos de la culpa. 4. El Poder del Propósito: descubrir que estamos aquí por algo, y que vivir con sentido transforma nuestra existencia. En el libro, explico cada uno de estos poderes y propongo ejercicios prácticos que permiten al lector incorporarlos en su día a día. Mi intención no es convencer a nadie de lo que viví, sino invitar a transformar la vida desde dentro, con serenidad, sentido y plenitud.
4. En el libro explica que en las ECM aparecen figuras sagradas, y son de la propia religión de quien la experimenta. ¿Es esta una evidencia de que objetivamente las religiones son falsas?
Es cierto que, en muchas ECM, las personas relatan haber visto figuras sagradas que pertenecen a la tradición religiosa en la que han crecido o creen. Un cristiano puede ver a Jesús, un budista puede encontrarse con Buda, y alguien sin creencias religiosas puede simplemente sentir la presencia de una luz amorosa o una conciencia superior. ¿Significa eso que todas las religiones son falsas? En mi opinión, no. Más bien revela algo profundamente humano y universal. Yo entiendo la religión como la expresión cultural, simbólica y social de un anhelo espiritual que es inherente a todos los seres humanos. Las religiones, con sus rituales, imágenes y dogmas, son formas distintas de intentar conectar con lo sagrado. Pero lo que subyace en todas ellas —y que se hace especialmente evidente en muchas ECM— es que somos, en esencia, seres espirituales viviendo una experiencia material, no al revés. Por eso, cuando alguien tiene una experiencia cercana a la muerte, lo que se manifiesta tiende a tomar la forma que le es familiar, la que su mente y su corazón pueden comprender. Es como si el lenguaje de lo espiritual se adaptara amorosamente a cada conciencia individual. No es una prueba de falsedad, sino una muestra de cómo lo espiritual se expresa a través de símbolos accesibles a cada persona. En última instancia, lo importante no es tanto la figura que aparece como el mensaje que transmite: Unidad, amor incondicional, paz interior, comprensión y sentido. Por eso creo que, más allá de las formas religiosas, hay una espiritualidad profunda y universal que nos une a todos.
5. ¿Por que la muerte sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad?
La muerte sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad porque nos enfrenta de manera directa con algo que nuestro ego no puede aceptar: su desaparición. El ego —esa construcción mental que nos hace sentir separados, definidos por nuestro nombre, nuestra historia y nuestras posesiones— percibe la muerte como una amenaza total, como el fin de su existencia. Por eso, hablar de la muerte genera miedo, rechazo o incomodidad. Es natural, es humano. Sin embargo, si aspiramos a una vida más consciente, plena y serena, no podemos seguir dándole la espalda a esa realidad inevitable. En lugar de huir de ella, necesitamos mirarla de frente, con valentía y profundidad. Este es un trabajo interior que no se resuelve con razonamientos ni teorías, sino con un proceso personal de introspección, aceptación y transformación. Ese proceso ha sido el corazón de todas las tradiciones espirituales auténticas. La meditación, en cualquiera de sus formas y escuelas, tiene como objetivo fundamental limpiar nuestra mirada, silenciar el ruido del ego y conectar con una conciencia más profunda y auténtica. Desde esa conciencia, la muerte deja de ser un enemigo temido y se convierte en parte del ciclo de la vida, en una transición más que en un final. Creo firmemente que solo enfrentando el misterio de la muerte podemos vivir con más sentido, amor y menos miedo.
6. El perdón tiene una fuerza extraordinaria. Como se puede perdonar a un pederasta, violador, un maltratador o un asesino?
Es cierto: el perdón tiene una fuerza extraordinaria, pero también es uno de los desafíos más grandes del alma humana. Perdonar no significa justificar, minimizar ni olvidar el daño causado, especialmente cuando hablamos de crímenes tan graves como los cometidos por un pederasta, un violador, un maltratador o un asesino. Son heridas profundas que no pueden cerrarse fácilmente. Por eso es importante entender bien qué es y qué no es, el perdón. Tradicionalmente se ha dicho que hay que distinguir entre el pecador y el pecado. Es una frase sencilla pero que encierra una sabiduría profunda: podemos condenar con firmeza la acción, sin dejar que el odio hacia la persona nos destruya por dentro. En este sentido, perdonar no significa en absoluto liberar al delincuente de las consecuencias de sus actos, ni mucho menos impedir que actúe la justicia. La justicia es necesaria, especialmente para proteger a los más vulnerables. Pero para quien ha sido víctima, aferrarse al deseo de venganza puede convertirse en una segundo tormento. El perdón —cuando llega, cuando es posible— permite soltar ese peso, no para beneficiar al agresor, sino para poder seguir viviendo sin que el rencor lo invada todo. No es renunciar a la justicia, sino al veneno de la venganza. Y, curiosamente, muchas veces lo más difícil no es perdonar a otros, sino perdonarse a uno mismo. Llevamos culpas antiguas, errores no reparados, decisiones de las que nos avergonzamos... y ahí también hace falta un acto de amor y de compasión. Aprender a mirarnos con ternura, reconocer que hicimos lo que pudimos en aquel momento, con el nivel de conciencia que teníamos. La autocompasión no es debilidad, sino un paso esencial en el camino hacia la sanación.
7. Que opina de la reencarnación y de las regresiones?
La reencarnación y las regresiones son, sin duda, temas fascinantes. Aunque desde el punto de vista científico actual no se puede demostrar de manera concluyente su existencia —al menos no con los métodos tradicionales de validación—, existen evidencias razonables que apuntan a que podría tratarse de una realidad más profunda de la conciencia. Me refiero, por ejemplo, a miles de casos documentados de recuerdos de vidas anteriores en niños pequeños, o a los relatos coincidentes que emergen en sesiones de regresión profunda. En mi caso, practico la hipnosis regresiva, y debo decir que me sigue maravillando. No solo por la riqueza narrativa o simbólica de los relatos que emergen —algunos con una coherencia y detalles sorprendentes—, sino sobre todo por su poder profundamente sanador. Muchas veces, durante estas sesiones, afloran contenidos que no siendo inducidos ni sugeridos, aparecen como esperando ser reconocidos. Al hacerse conscientes, estos materiales aportan a la persona una nueva comprensión de su vida, de sus bloqueos, de sus miedos, y abren la puerta a una paz interior duradera. Es como si, al mirar más allá de esta vida, se ordenaran piezas que aquí estaban rotas o sin sentido.
Para mí, más allá de si se trata de vidas pasadas en un sentido literal o de vivencias simbólicas profundas del alma, lo verdaderamente importante es que estos procesos ayudan a sanar, a comprenderse mejor y a vivir con más plenitud. Y eso, al final, es lo que verdaderamente cuenta.
Gracias Doctor por su valiosa aportación.
Bibliografía:
Lo que la Muerte me Enseñó. ROCA EDITORIAL



